jueves, 20 de agosto de 2015

"1280 almas", de Jim Thompson

RBA Editores
2010
Título original: "Pop. 1280"
Edición original: 1964
Traducción: Antonio-Prometeo Moya


Sinopsis:

Nick Corey es un tipo en apariencia lerdo y vago, cuya máxima es que solo se detiene a un individuo cuando no hay más remedio. Los 1.280 habitantes del condado están convencidos de su apatía y su simplicidad, pero su deseo de ser reelegido para el cargo de sheriff hace que su comportamiento no tenga límites ni conozca escrúpulos.
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Jim Thompson murió absolutamente ignorado, aunque, con el tiempo, ha crecido en prestigio y fama. Considerado, junto a Raymond Chandler y Dashiel Hammett uno de los tres más grandes escritores de novela negra, cuenta con 29 novelas publicadas y miles de páginas aún inéditas, en las que, además de retratar de forma dura y perturbadoramente sombría el Estados Unidos de la primera mitad del siglo XX, reflejó muchos de sus problemas familiares y personales, desde su alcoholismo al amor/odio que profesaba a su padre, un sheriff corrupto del que podemos reconocer aspectos en alguno de sus personajes. Algunas de sus obras son consideradas obras maestras, como "El asesino dentro de mí", "1.280 almas" y "Noche salvaje", entre otros títulos. Es autor también dos famosos guiones rodados por Stanley Kubrick, "Atraco perfecto" y "Senderos de gloria".

Sus libros han sido llevados al cine en numerosas ocasiones, desde Sam Peckimpah con "La huida" (la censura franquista también se ocupó de suprimir la escena final para evitar que ningún crimen quedase sin castigo) hasta "Los timadores", de Stephen Frears, con una espectacular Annette Bening. Aunque su mejor adaptación es seguramente la versión de 1280 almas que realizó Bertrand Tavernier bajo el título de "Coup de torchon". Tavernier llevó la historia al Senegal colonial francés sin que perdiese un ápice de su fuerza y original.

De él y de su obra podéis encontrar comentarios como estos:

«La historia más escalofriante que haya leído jamás sobre una mente deformada por el crimen». Stanley Kubrick.

«Lo que convierte los libros de Thompson en literatura es su disección clínica de la mente alienada, de la psique trastornada hasta convertirse en una bomba de nitrógeno, de las personas cuya existencia recuerda a unas células enfermas y situadas en el intestino de la sociedad estadounidense». Stephen King.

«Si Raymond Chandler, Dashiell Hammett y Cornell Woorich se hubieran fundido en una especie de unión impía y hubiesen tenido un vástago literario, sin duda se habría tratado de Jim Thompson [...]. Su obra arroja una intensa luz sobre la condición humana». The Washington Post.

En cuanto a "1280 almas", fue traducida al español por primera vez en 1980 para la Serie Negra de editorial Bruguera, después de que su responsable, el escritor argentino Juan Martini la viera figurar en la tercera posición en un encuesta sobre literatura policial de la revista 'El viejo topo', detrás de 'El largo adiós', de Chandler, y 'Cosecha roja', de Hammett. 

La traducción del libro requería soluciones imaginativas. Intentando no desvirtuar el slang (jerga informal del inglés) sureño del relato del sheriff Corey, dicen que Martini y el traductor -Antonio Prometeo Moya- optaron por una arriesgada combinación de este registro coloquial con "lenguaje carcelario barcelonés". No he leído el original (mi nivel de inglés no alcanza para "disfrutar" del slang), así que no puedo opinar sobre lo acertado de la traducción, aunque me da la impresión de que los personajes hablan demasiado bien, a pesar de los tacos y algunos vulgarismos, al menos, a partir de mi experiencia como espectadora de cine, tenía la idea de que en la América profunda se hablaba mucho peor.

La corrupción, la bajeza moral de prácticamente todos los personajes, el retrato de una sociedad pacata, hipócrita y ruin, el conformismo, el cinismo... todo eso nos encontramos en este relato -no muy largo, por cierto- a través de las andanzas de un protagonista que es jefe de policía y asesino y con el que a pesar de ser una persona que normalmente considerarías horrible llegas a empatizar. ¿Cómo lo consigue el autor? Quizás contribuya a ello el sentido del humor ácido y bastante negro que rezuma el texto y que el resto de los personajes no sean precisamente simpáticos, de manera que con quien no empatizas, seguro, es con las víctimas.

En cuanto a la historia en sí, me ha sorprendido mucho y diría que me ha gustado también mucho si no fuera por el final. Final abierto, dicen, ¡ja!, tan abierto como que yo diría que no acaba en absoluto. Claro, que con ese personaje, el autor podría estar contando y contando hasta que muriera (probablemente le matarían), porque es de lo más peculiar que os podáis imaginar. Empiezas pensando que es gilipollas y a las pocas páginas te das cuenta, y perdón por el lenguaje, de que es un cabrón muy listo, que no solo hace lo que más le conviene, sino que está convencido de que es lo mejor que podría hacer por el bien de la humanidad, o al menos de su pueblo. Por otra parte, tiene la habilidad de mostrar lo peor de los que le rodean, con lo cual él acaba pareciendo casi bueno.

Lástima, como os decía antes, que el final no me haya parecido redondo. Se ve que Jim Thompson necesitaba el dinero y escribía un montón cada año. No sé si planificó así esta obra o fue escribiendo lo que le dictaba la inspiración sobre la marcha hasta que decidió parar y punto. En cualquier caso, es cierto que se reconoce un toque de genialidad en su forma de narrar y de mostrar la realidad -su parte más desagradable, diría yo- y siento curiosidad por leer alguna más de sus obras. Ya veremos cuándo les llega el turno.

1 comentario:

  1. A mí no me suelen gustar los libros con finales abiertos. Nada. Algunas pelis veo que he visto, y no sabía que estaban basadas en sus libros.

    bsos!

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